EMPANADAS DE POLLO (las más ricas que he comido)
Me
gustan las empanadas. Casi todas. Pero soy muy delicada. Generalmente a
quienes sabemos cocinar nos pasa eso. Nunca estamos conformes, ni
siquiera cuando quienes cocinamos somos nosotros.
El
otro día almorzamos pollo en milanesa. Medio pollo para tres personas.
Surgió el problema de siempre. La parte más grande del pollo es... ¡la
pechuga! Y la única que come pechuga "sono io". O sea, sobraron tres
milanesas grandes (de pechuga, por supuesto). Veía las caras largas de
siempre (la perorata es siempre la misma: "la pechuga es seca"). Y como
estoy para el reciclaje, decidí pasarlas por la máquina de picar carne
(porque la procesadora las tritura y a cuchillo quedan los trozo duros,
más aún habiendo sido milanesas) y hacer unas empanadas de pollo.
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