Me gustan las empanadas. Casi todas. Pero soy muy delicada. Generalmente a quienes sabemos cocinar nos pasa eso. Nunca estamos conformes, ni siquiera cuando quienes cocinamos somos nosotros.
El otro día almorzamos pollo en milanesa. Medio pollo para tres personas. Surgió el problema de siempre. La parte más grande del pollo es... ¡la pechuga! Y la única que come pechuga "sonó yo". O sea, sobraron tres milanesas grandes (de pechuga, por supuesto). Veía las caras largas de siempre (la perorata es siempre la misma: "la pechuga es seca"). Y como estoy para el reciclaje, decidí pasarlas por la máquina de picar carne (porque la procesadora las tritura y a cuchillo quedan los trozo duros, más aún habiendo sido milanesas) y hacer unas empanadas de pollo.
Les doy mi palabra de que fueron las empanadas de pollo más ricas que probé (hasta ahora, al menos). Les cuento cómo las hice abajo.
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Ingredientes
- 2 supremas de pollo (o una pechuga)
- 3 cebollas medianas
- 1 pimiento rojo
- A gusto sal, nuez moscada, pimienta negra, queso rallado, ajo en polvo
- 50 gramos aproximadamente manteca
Pasos
Picar las cebollas pequeñitas. Rehogarlas en manteca hasta que empiecen a tornarse transparente. Agregarles el pimiento rojo cortado en cuadraditos chicos y continuar la cocción hasta que estén bien cocidos, pero no tostados (usar fuego bajo).
Agregar las pechugas cortadas en trozos chicos (si las pechugas ya estaban cocidas, pasarlas por la máquina de picar carne (la procesadora las tritura y a cuchillo no quedan parejas ni del mismo tamaño). Revolver hasta que se junte la preparación.
Agregar sal, un poco de pimienta molida, ajo en polvo, nuez moscada y queso rallado a gusto (son los que les dan el sabor característico) y un poquitín de ajo en polvo.
TIP: Algo que descubrí es que si cubro la fuente para horno con papel manteca y lo rocío con aceite, no tengo que luchar tanto para lavar la fuente