El sabor de esta mermelada es inigualable. El haber estado sumergidas las manzanas por tantos días en ese líquido que empieza a hacerse vinagre le da un toque distinto a cualquier otra.
En principio, es una receta para quienes hacen su propio vinagre de manzana y les da pena tirar los restos de fruta. En realidad, esta especie de jalea surgió cuando hice la segunda filtrada porque me habían quedado restos de pulpa y seguían en actividad (se había hecho una espuma arriba, que NO era hongo).
Si quieren aprovechar toda la fruta (a mí no se me ocurrió esto y la tiré al compost), creo que procesando los restos de pulpa y piel, funcionará igual. Si no se animan, filtren con un colador o colapastas el grueso de los restos y usen un colador más fino con una gasa o tela encima para volver a colar el vinagre y usen ese sedimento.
Si no fermentan, igual pueden hacerla licuando o procesando la pulpa de las frutas.
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Ingredientes
- El sedimento de manzana / los restos procesados
- O, en su defecto, manzanas cortadas bien chiquitas, sin la piel
- Azúcar, 1/3 del peso de la fruta
- 1 chaucha de vainilla
- 1-2 clavos de olor (opcional)
Pasos
Poner las manzanas (o el sedimento, puré, o trozos) en una olla gruesa, tipo Essen.
Agregar 1/3 del peso de las manzanas de azúcar.
Agregar 1 chaucha de vainilla y, si se animan, 1 o 2 clavos de olor.
Una vez que levante hervor, bajar a fuego corona (les dejo captura para quienes no saben cómo encontrarlo). Usen un difusor de calor para que no se les pegue.
Cocinar por aproximadamente 1 hora.
Si están usando frutas que no han estado fermentando, o sea, frutas frescas, cuando vean que empiezan a transparentarse los trocitos, písenlos con un pisa puré y sigan la cocción por unos 20 minutos.
Dejar enfriar y pasar a frascos esterilizados.
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